Amor de/a Dios: Como Jesucristo, experimentamos y testimoniamos el amor de/a Dios como el fundamento de la libertad y del amor, que nos impulsa a hacer el bien a los demás.

 

Amabilidad: Vivimos un trato respetuoso y familiar en el que se ejercitaría la cercanía, la comunicación y la confianza.

 

Honestidad: Cultivamos la verdad -la cual nos hace libres- por medio del diálogo sincero y transparente, con acciones justas, rectitud de intención y el cumplimiento responsable de los deberes.

 

Espíritu de familia: Favorecemos el crecimiento de todos los que conforman la comunidad educativa, en especial de los más vulnerables, en un clima de mutua confianza y comprensión.  “De la familiaridad nace el afecto, el afecto lleva a la confianza y esta abre los corazones de los jóvenes” Don Bosco.

Formación para la vida/Excelencia académica: En un marco de equidad e inclusión, buscamos el desarrollo de habilidades cognitivas y afectivas de los alumnos, favoreciendo el aprendizaje significativo y útil para dar respuesta asertiva a las distintas situaciones de la vida diaria. Así mismo, cultivamos el gusto por el aprendizaje la autoformación que le permitan al alumno seguir creciendo como un buen cristiano y un honesto ciudadano que desarrolle proyectos diversos para transformar su entorno.

 

Acompañamiento: Estamos con los jóvenes con intensión educativa, para realizar junto el trayecto educativo del proceso de madurez y evangelización; sus modalidades son: acompañamiento ambiental (masivo), grupal (comunitario) y personal (individual).

 

Alegría: Vivimos un ambiente educativo de familia, donde el gozo de la unidad nos fraterniza en Jesucristo, viviendo relaciones interpersonales saludables y compartiendo nuestros dones.

 

Sensibilidad ecológica: Desarrollamos las actitudes necesarias para el cuidado del planeta como regalo de Dios y formamos en la corresponsabilidad para tener una vida saludable.